sábado, 13 de noviembre de 2010

Ascensor averiado



Saliste a buscarla, a medio vestir por las escaleras, y recorriste las calles hasta que el aire frío como bofetadas sobre tu cara te hizo volver a casa, a aquella habitación que aún tenía su aroma, olía a vicio... 


Fue el mismo vicio, el mismo deseo, el que aquella noche te hizo volver al local en el que la habías encontrado, pero... ¿la reconocerías? ni siquiera sabías su nombre, tampoco su aspecto real... Escogiste la misma mesa, al fondo, en la oscuridad, un vodka, dos, tres, cuatro, cinco, ... hasta que el camarero amablemente dejó de servirte.




¿Cuántos días pasaron? ¿quizás semanas? ¿Meses? ...  hacía calor, pediste la cuenta y te levantaste, con la misma desilusión de las últimas noches, las mismas farolas te acompañaban a casa, bajo la mirada de una misteriosa luna.


Ascensor averiado leíste... un poco más de ejercicio nocturno tampoco viene mal. Aún te quedaban tres pisos y ya no podías más, y ahora la luz que se apaga, apuras los dos peldaños que te quedan para llegar al interruptor, pero una mano te frena, otra se posa en tus pantalones, y una voz te susurra: 
"Ascensor averiado, hagámoslo en las escaleras"
...

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