En la última mesa, al fondo, un cigarro y una copa de vodka. Ante tus ojos, al otro lado, aquella sensual y misteriosa mujer. No la conoces, pero su pelo negro, sus ojos tras las gafas oscuras, labios rojos carnosos, altos tacones y cintas de encaje bajo el abrigo, te llevan a imaginarte cada noche la sensualidad de su cuerpo.
Te acercas, ni una mirada, otros hombres son su sombra... Una noche más en tu camino sólo tú y la luz de las farolas....
Son las 10 a.m., la luz del día entra por las cortinas chocando con un dulce perfume, tienes sed, pero tus labios no están secos, en tu almohada hay carmín, a los pies de la cama un abrigo, unas medias, unos tacones, unas gafas, una peluca... Y una puerta que se cierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario